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Personas de 60 años o más: estos son los tres problemas bucales más habituales

Si bien debemos cuidar nuestra boca en todas las edades, cuando somos mayores suele haber mayores problemas, vinculados al envejecimiento y a otras afecciones de salud que pueden incidir en la salud bucal, como las enfermedades del corazón.


Destacamos estas tres problemáticos más habituales que suelen sufrir las personas desde los 60 años, las cuales hacen que la salud bucal enfrente desafíos adicionales:


  1. La enfermedad periodontal, también conocida como gingivitis, se asocia a una higiene bucal deficiente con los años y que suele agravarse con el cigarrillo o el estrés. Existe también una relación entre esta enfermedad y la diabetes o las enfermedades cardiovasculares. Algunas consecuencias de la enfermedad periodontal son: dolor dental, inflamación y perdida de piezas dentales.


  2. La xerostomía o sequedad bucal, es un problema habitual en las personas mayores, vinculado principalmente al consumo de medicamentos o a alteraciones en las glándulas que generan la saliva. La escasa saliva hace que la boca sea más vulnerable a caries e infecciones, ya que pierde su papel protector al neutralizar los ácidos que producen las bacterias.


  3. Las caries en las raíces de las piezas dentarias también son un problema habitual en la tercera edad. Al retraerse las encías generalmente expone a la raíz del diente y ésta es más vulnerable a las caries que están en el esmalte. Si éste problema no es tratado a tiempo, puede derivar en la perdida de piezas detales.


¿Qué consejos se pueden seguir para prevenir estas complicaciones?

Mantener y reforzar la higiene bucal, usando cepillo de dientes, hilo dental y enjuague bucales

Si existen problemas de artritis o de articulación en las manos para el manejo del cepillo de dientes, está la opción de usar cepillos eléctricos.

Llevar una dieta saludable, consumiendo alimentos ricos en calcio y evitando alimentos ricos en azúcares o ácidos que puedan erosionar el esmalte dental.

Reforzar la hidratación para evitar la sequedad bucal, favoreciendo la producción de saliva.

Realizar limpiezas dentales profesionales con nuestro odontólogo, al menos dos veces por año

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